Ataque de suplantación de proveedores

¿Te imaginas que un día recibes un correo electrónico de tu proveedor habitual, pidiéndote que le hagas un pago urgente o que cambies sus datos bancarios? ¿Y si resulta que ese correo no es de tu proveedor, sino de un ciberdelincuente que quiere estafarte? Esto es lo que se conocer como un ataque de suplantación de proveedores

Este tipo de ataques en las empresas es una de las formas de fraude más comunes y peligrosas que existen. Y es que, puede causar graves pérdidas económicas y dañar la reputación de las empresas. 

En este post, te contamos todo lo que necesitas saber sobre este tipo de ataque: cómo se realiza, qué consecuencias tiene y cómo puedes prevenirlo. ¡Sigue leyendo para no acabar siendo víctima de este ataque! 

¿Qué es un ataque de suplantación de proveedores?

Un ataque de suplantación de proveedores es una técnica de ingeniería social que consiste en engañar a una empresa para que realice un pago o cambie los datos bancarios de un proveedor real por los de un proveedor falso

El ciberdelincuente se aprovecha de la confianza que existe entre la empresa y el proveedor, y utiliza medios de comunicación como el correo electrónico, el teléfono o las redes sociales para hacerse pasar por el proveedor legítimo. El objetivo del ataque es obtener un beneficio económico o acceder a información sensible de la empresa. 

¿Cómo se realiza este tipo de ataque?

Un ataque de suplantación de proveedores puede seguir los siguientes pasos

– El ciberdelincuente investiga a la empresa y al proveedor, y obtiene información sobre sus relaciones comerciales, sus facturas, sus plazos de pago, sus contactos, etc. 

– Después, crea un correo electrónico, un número de teléfono o una cuenta de red social falsos, que imitan los del proveedor real. También puede comprometer el correo electrónico o el teléfono del proveedor real, mediante phishing o malware, y utilizarlos para el ataque. 

– El ciberdelincuente, entonces contacta con la empresa, haciéndose pasar por el proveedor, y le solicita un pago urgente o un cambio de los datos bancarios, alegando algún motivo plausible, como una emergencia, un error, una actualización, etc. 

– La empresa, confiando en el proveedor, realiza el pago o el cambio de datos, sin verificar la autenticidad de la solicitud. 

– Por último, el ciberdelincuente recibe el dinero o accede a la cuenta bancaria de la empresa, y desaparece. 

¿Qué consecuencias tiene?

Este tipo de ataque puede tener graves consecuencias para la empresa víctima, como: 

Pérdida económica: la empresa puede perder una cantidad importante de dinero, que puede afectar a su liquidez, su rentabilidad y su solvencia. 

Daño reputacional: la empresa puede sufrir un deterioro de su imagen, tanto ante el proveedor real, como ante sus clientes, sus socios y el mercado en general. 

Problemas legales: la empresa puede enfrentarse a reclamaciones, multas o sanciones por parte del proveedor real, de las autoridades o de terceros afectados por el fraude. 

Robo de información: el ciberdelincuente puede acceder a datos confidenciales de la empresa, como sus cuentas, sus contratos, sus clientes, etc., y utilizarlos para fines maliciosos, como extorsión, espionaje o sabotaje. 

¿Cómo prevenir un ataque de suplantación de proveedores?

Para evitar ser víctima de este ataque, la empresa debe adoptar una serie de medidas de seguridad, como: 

Verificar la identidad del proveedor: la empresa debe comprobar siempre la procedencia de las comunicaciones que recibe del proveedor, y confirmar con él cualquier solicitud de pago o cambio de datos, por un medio distinto al utilizado para la solicitud. 

Establecer protocolos de pago: la empresa debe definir unas normas y unos procedimientos claros para realizar los pagos a los proveedores, y exigir una autorización previa y una documentación adecuada para cualquier operación. 

Capacitar al personal: la empresa debe formar y sensibilizar a sus empleados sobre los riesgos y las señales de un ataque de suplantación de proveedores, y fomentar una cultura de seguridad y de prevención. 

Actualizar los sistemas: la empresa debe mantener al día sus dispositivos, sus programas y sus redes, y utilizar herramientas de protección, como antivirus, firewall, cifrado, etc. 

Denunciar el fraude: la empresa debe comunicar cualquier intento o caso de ataque de suplantación de proveedores, tanto al proveedor real, como a las autoridades competentes, y colaborar con la investigación. 

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