Compromise Assesment

La seguridad informática es un aspecto clave para cualquier organización que quiera proteger sus activos, datos y reputación. Sin embargo, a pesar de contar con las mejores herramientas y prácticas de seguridad, ninguna empresa está a salvo de sufrir un ciberataque. De hecho, muchos ataques pasan desapercibidos durante meses o incluso años, lo que permite a los ciberdelincuentes acceder a información sensible, robar recursos o causar daños irreparables. 

Para evitar estas consecuencias, es fundamental detectar y responder a los incidentes de seguridad lo antes posible. Pero ¿cómo saber si tu infraestructura, sistemas y redes están comprometidos? ¿Cómo identificar y analizar la actividad maliciosa que pueda estar ocurriendo en tu entorno? ¿Cómo expulsar a los intrusos y evitar que vuelvan a entrar? La respuesta a estas preguntas es el Compromise Assessment

¿Qué es el Compromise Assessment?

El Compromise Assesment es una evaluación axhaustiva, automatizada y basada en evidencias que re realiza sobre el entorno digital y la postura de ciberseguridad de una organización. Su objetivo es identificar todos los incidentes de acceso no autorizado, actividad maliciosa e indicadores de compromiso que puedan estar afectando a la empresa, tanto en el presente como en el pasado. 

Se diferencia de otras evaluaciones de seguridad, como el análisis de vulnerabilidades o las pruebas de penetración, en que no se limita a buscar debilidades o brechas en las defensas. Sino que busca evidencias de que esas debilidades hayan sido explotadas por un atacante. Además, el Compromise Assessment no se centra solo en los sistemas más críticos o expuestos, sino que abarca todo el entorno, desde los endpoints hasta el tráfico de red y los registros de eventos. 

Para realizar un Compromise Assessment, se requiere de un equipo de expertos en seguridad que utilicen herramientas avanzadas para recopilar, analizar y correlacionar los datos forenses de la organización. Estos datos pueden incluir, por ejemplo: los procesos en ejecución, las conexiones de red, los archivos modificados, las credenciales almacenadas, los registros de inicio de sesión, las configuraciones de seguridad, etc. A partir de estos datos, el equipo de seguridad puede determinar si hay signos de compromiso, validarlos y desarrollar un análisis de la actividad maliciosa, respondiendo a preguntas como: 

– ¿Quién está detrás del ataque? 

– ¿Qué objetivos tiene el atacante? 

– ¿Qué técnicas y herramientas utiliza? 

– ¿A qué datos ha accedido o exfiltrado? 

– ¿Qué sistemas ha comprometido? 

– ¿Qué impacto ha tenido el ataque en la organización? 

¿Cómo realizar un Compromise Assessment?

Un Compromise Assessment se puede realizar siguiendo los siguientes pasos: 

Recopilar los datos forenses. El primer paso es recopilar los datos forenses de la organización, buscando signos de posible compromiso en los endpoints, el tráfico de red y los registros. Para ello, se pueden utilizar herramientas de recopilación de datos, como agentes, sondas o scripts, que se instalan o ejecutan en los sistemas de la organización. Estas herramientas deben ser capaces de recopilar datos de forma rápida, eficiente y segura, sin afectar al rendimiento ni a la disponibilidad de los sistemas. 

Analizar los datos forenses. El segundo paso es analizar los datos forenses recopilados, determinando si hay evidencias de un ataque. Para ello, se pueden utilizar herramientas de análisis de datos, como plataformas, motores o algoritmos, que procesan y correlacionan los datos de forma automatizada. Estas herramientas deben ser capaces de analizar grandes volúmenes de datos de forma precisa, inteligente y escalable, sin generar falsos positivos ni falsos negativos. 

Validar los hallazgos. El tercer paso es validar los hallazgos del análisis de datos, confirmando si se trata de incidentes reales o no. Para ello, se puede contar con la ayuda de expertos en seguridad, como analistas, investigadores o consultores, que revisan y verifican los hallazgos de forma manual. Estos expertos deben tener experiencia y conocimientos en seguridad, así como habilidades de comunicación y reporte. 

Generar el informe. El cuarto paso es generar el informe del Compromise Assessment, documentando los resultados y las conclusiones del proceso. Para ello, se puede utilizar un formato de informe que refleje de forma clara y comrpensible los hallazgos, el análisis y las recomendaciones. Este informe debe ser capaz de responder a las preguntas clave sobre la actividad maliciosa, como quién, qué, cómo, cuándo, dónde y por qué, así como ofrecer soluciones y medidas para remediar y prevenir los incidentes. 

¿Qué hacer después de realizar este método?

Un Compromise Assessment no es el final, sino el principio de un proceso de mejora continua de la seguridad. Después de realizar un Compromise Assessment, se deben tomar las siguientes acciones: 

Remediar los incidentes. Lo primero que se debe hacer después de un Compromise Assessment es remediar los incidentes detectados, es decir, expulsar a los atacantes, eliminar los rastros, restaurar los sistemas y recuperar los datos. Para ello, se pueden utilizar herramientas y técnicas de respuesta a incidentes, como aislamiento, bloqueo, borrado, restauración, recuperación, etc. Estas herramientas y técnicas deben ser capaces de contener, erradicar y recuperar el entorno afectado por el ataque, sin causar más daños ni pérdidas. 

Eliminar los rastros. Lo segundo que se debe hacer después de un Compromise Assessment es eliminar los rastros que hayan podido dejar los atacantes, como las puertas traseras, los archivos maliciosos, las credenciales robadas, los cambios de configuración, etc. Estos rastros pueden facilitar vuelvan a entrar o que otros atacantes aprovechen las mismas vulnerabilidades. Para eliminar los rastros, se pueden utilizar herramientas de limpieza, como antivirus, antimalware, borradores de archivos, restauradores de sistema, etc. Estas herramientas deben ser capaces de eliminar todo lo que no pertenezca al entorno legítimo de la organización.  

Prevenir los incidentes. Lo tercero que se debe hacer después de un Compromise Assessment es prevenir los incidentes futuros, es decir, mejorar la seguridad y la resiliencia de la organización. Para prevenir los incidentes, se pueden implementar las recomendaciones que se hayan dado en el informe del Compromise Assessment, como las medidas de protección, detección, respuesta y recuperación. Estas medidas pueden incluir, por ejemplo: la actualización de los sistemas, la instalación de parches, la configuración de firewalls, la activación de alertas, la realización de copias de seguridad, la formación de los empleados, etc. Estas medidas deben ser capaces de reducir la superficie de ataque, aumentar la visibilidad, acelerar la reacción y minimizar el impacto. 

Repetir el Compromise Assessment. Lo cuarto que se debe hacer después de un Compromise Assessment es volver a repetirlo de forma periódica, es decir, mantener un control y una vigilancia constantes sobre el estado de la seguridad de la organización. Para repetir el Compromise Assessment, se puede establecer una frecuencia y un alcance adecuados, según el nivel de riesgo y el tipo de negocio de la organización. Esta frecuencia puede ser, por ejemplo, anual, semestral, trimestral o mensual. Este alcance puede ser a su vez, total, parcial o focalizado. Repetir el Compromise Assessment permite detectar los cambios, las amenazas y las oportunidades que puedan surgir en el entorno digital y la postura de la ciberseguridad de la organización. 

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